En algún lugar de Venezuela
Tanto tiempo sin escribir que se
me olvida como arrancar, pero acá te va, esta historia tan real, tan bella y
tan única. Es uno de esos relatos que solo ocurren una vez cada siglo, y tuve
la dicha de vivirlo.
Todo empezó en un encuentro de
amigos, algo así como una fraternidad, nos encontramos en un paraíso de
Venezuela, uno de los tantos; proveníamos de diferentes ciudades del País, era
un viaje para conocernos mejor, luego te contaré como inició esta fraternidad.
Lo cierto es que acá vengo a
contarte esta maravillosa experiencia; bien, desde que me inicié en esta
fraternidad me sentí tan lleno, tan completo, tan feliz, tan libre, si! Esa es
la palabra LIBRE!, es un grupo donde puedo expresar mis sentimientos y ser yo
mismo, obvio que recibiré críticas, pero nadie es más ni menos que nadie allí,
todos somos exactamente iguales. Anyway! Somos más de 30 miembros, unos entran
otros salen, pero hay uno en particular que desde el inicio me había encantado,
esta persona tenía todo lo que buscaba en un hombre, lo atento, lo bello, lo
amable, lo caballero, lo sexy, incluso tiene un abdomen tan perfecto él muy
condenado!.
Bueno con esté chico siempre tuve
una conexión especial, a pesar de vivir a horas de distancia, siempre estábamos
pendientes el uno del otro, pasamos noches escuchando música y tomándonos unos
tragos, él en su casa y yo en la mía, era absurdo pero tan perfecto a la vez.
Se acercaba el encuentro del
grupo y estábamos entusiasmado por vernos, ver si la conexión que teníamos por
mensajes traspasaba el móvil y llegaba al face to face. El día del viaje llegó
ya él tenía un día en carretera, pues su ciudad queda más lejos que la mía del
punto de encuentro.
Algunos incidentes ocurrieron y
yo llego primero al lugar del encuentro, decido con el grupo con quien viajaba
ir almorzar, y mi asiento en la mesa daba hacia la ventana, podía ver la calle
y todas las personas que pasaban por allí. Y en un momento sin pensarlo vacilo
mi mirada hacia la calle y allí está, tan perfecto como lo había visualizado,
tan varonil, tan elegante, su altura era perfecta, sus lentes lo hacían ver tan
interesante, pero, no estaba solo, ya tenía una compañía, y este chico era
realmente atractivo, tenía una gracia poco común y eso lo hacía interesante,
interesante para los ojos de los demás, para mí no, ya venía enfocado en solo
conocer a ese chico de noches de tertulia.
Decido salir del restaurante y
encender un cigarrillo, quería asegurarme que allí no pasaba nada, y me acerque
hacía donde estaban ellos, mi sorpresa fue notar una conexión entre ellos, una
conexión que se supone debía ser nuestra. Mi corazón se destrozó por completo y
decidí dejar todo hasta allí.
Bien!, me dispongo a disfrutar
del viaje y a pasarla bien con el resto de mis amigos. Esa noche iniciamos con
los juegos, entre estos juegos surgían penitencias, penitencia que iba desde
besos hasta más allá, sin llegar al sexo. En una de mis jugadas, salgo
favorecedor de elegir a quien besar de todos los que estaban en la mesa y no
dude en elegirlo, era lamentable que nuestro primer beso se diera por una penitencia,
pero aún así debía disfrutarlo. Fue tan único, tan perfecto, como su lengua se
enredaba a la mía, como su mano rosaba mi espalda, como se apretaba hacía mí, y
como no quería dejar de besarme. Allí estaba, esa era la conexión que
necesitaba sentir para poder lanzarme contra él sin pensar en nada ni en nadie,
mis manos sujetaron su cuello para besarlo con más intensidad y …. Nos gritan
desde la mesa para separarnos y seguir jugando.
Ya no quería seguir jugando, quería
agarrarlo y llevármelo y seguir besándolo, pero debíamos seguir en la mesa
hasta finalizar el juego. Para mi sorpresa, le toco una penitencia y me elige
para besarme, ahora era más intenso, ya sabía como le gustaba jugar con su
lengua, ya sabía como le gustaba que lo sujetara. Pero debíamos separarnos otra
vez.
Siguió el juego y al final nos encontrábamos
todos desnudos alrededor de la mesa, pues no se como llegamos a ese estado, y
así como Dios nos envío a este mundo nos lanzamos en la piscina, él no dudo en
buscarme y allí empezó todo. Besos iban y besos venían, tiene unas manos tan
varoniles, tocaba mi sexo por debajo del agua de la piscina y yo no
dude en hacerlo también, OH MY GOD! Su pene era perfecto, grueso, recto, venoso,
ansiaba hacerle de todo. Entonces, decidimos salir de la piscina (momento
incomodo) ambos erectos y desnudo; nos cubrimos con una toalla y nos fuimos a
la recamara.
Tendidos en la cama, logro ver
aquel cuerpo tan perfecto, su vello tapaba ese abdomen tan
definido, pasarle las manos me erectaba cada vez más, me besaba, lo besaba, me
tocaba, lo tocaba, era una desesperación tan grande, ansiaba ya hacerlo mío, y
en eso estaba, completamente desnudo, empiezo a besar todo su cuerpo hasta
bajar a su miembro, puedo decir que el placer que le di lo hizo doblarse, estaba
tan erecto, tan duro que sentía que le iba a explotar. Luego logro voltearlo,
quería besar cada centímetro de su cuerpo, quería morder, quería ver, oler,
sentir, y su espalda no podía escapárseme, una vez que esta boca abajo en la
cama, mi sexo daba señales de querer explotar, pero lo contenía, aún no era
tiempo, no iba arruinar el momento, y empiezo a besar su tan espectacular
espalda, tocándolo, saboreándolo, era tan hermoso, que no me iba alcanzar la
noche, para dejar de besarlo…ya abajo justo en sus nalgas, no aguanté, y subo
de golpe a su oído y le susurro, me dejas hacerte mío… su respuesta “ya lo soy”.
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